A la playa con bebés: consejos y recomendaciones.

02 | 12 | 2021
A la playa con bebés: consejos y recomendaciones.

Uno de los mayores placeres del verano es disfrutar de la playa y todos sus increíbles elementos: las olas, el mar, el cielo despejado, el viento y la atmósfera de relajación y diversión. ¿Por qué no compartir todas estas experiencias con tu bebé?

Ir con los más pequeños de la casa a disfrutar de la playa no tiene por qué ser una complicación, siempre y cuando tomes todas las precauciones necesarias y lleves un bolso bien equipado para prepararte ante cualquier situación o eventualidad.

¿Desde qué edad puede ir mi bebé a la playa?

Los expertos indican que bebés de menos de 6 meses no deben ser expuestos al sol porque su piel todavía es muy delicada, corren riesgos de deshidratación y de reacciones alérgicas. Si aun así tu pequeño va contigo a la playa, debe estar cubierto todo el tiempo, siempre debajo de una sombrilla o parasol y con ropa ligera pero que cubra su piel lo suficiente. A partir de los 6 meses, ya pueden llevarse a la playa y piscina sin problema y darse baños, siempre usando un bloqueador solar con micropigmentos, es decir que no penetre la piel de tu bebé, hasta al menos los 2 años.

Protector solar, ¿sí o no?

Si tu bebé tiene menos de 6 meses no es recomendable aplicarle ningún tipo de protector solar porque, como mencionamos en el punto anterior, a esa edad no pueden estar expuestos sol. Su piel es extremadamente sensible y no está preparada para los químicos que un bloqueador pueda tener, ocasionando alergias o complicaciones dermatológicas.

Si ya tu pequeño pasó los 6 meses, puedes aplicarle una crema solar especial para bebés. Estos son bloqueadores con micropigmentos que están diseñados para no penetrar en su piel y funcionar como una barrera protectora entre ellos y el sol.

Siempre asegúrate con tu médico o pediatra antes de aplicar cualquier crema o bloqueador a tu hijo. Hay marcas que incluyen mensajes como “recomendable para bebés” en sus productos cuando en realidad no lo son.

La ropa ideal

Cuando vestimos a los bebés para ir a la playa, tenemos que pensar que queremos tener suficientes barreras entre su piel y la radiación solar para evitar riesgos en su delicada piel. Por esto, es buena idea llevar gorros, pañuelos, camisetas y cualquier prenda fresca que consideres apropiada para protegerlo. Idealmente, que tengan filtro UV para evitar cualquier exposición que pueda dañar su piel.

Para bebés un poco más grandes, que pasen más tiempo jugando en el agua y en la arena, existen prendas especiales con materiales que se secan más rápido que la tela normal. De esta forma puedes ayudar a evitar la aparición de hongos o alergias por la humedad.

Finalmente, si tu bebé ya camina, recomendamos sandalias o zapatitos de playa para proteger sus pies de quemaduras o de cortes de posibles objetos que se encuentren en la arena o en el suelo.

Traje de baño

Si tu bebé ya está pasando más tiempo dentro del agua, la ropita normal puede no ser tan cómoda por lo que un traje de baño entero (que cubra brazos y piernas) es la opción ideal. Además, existen pañales especiales para el agua, los que evitarán que en caso de que hagan caquita en la piscina salga a flote y obligue a todos a salir de ésta.

¡No olvides proteger los ojos!

Los bebés también deben proteger sus ojitos en la playa ya que, aunque el sol no esté tan fuerte, el agua y la arena reflejan la radiación ultravioleta. A partir de los 18 meses es fácil encontrar en el mercado lentes apropiados para los bebés que cuenten con los filtros adecuados aprobados por las entidades de salud correspondientes.

Agua, mamadera y snacks

Otro infalible para mantener al bebé hidratado es el agua, además de que también estará posiblemente en constante actividad, lo que seguro le dará hambre. Por esto es ideal llevar varios snacks como yogurts, papillas, galletas, frutas o lo que acostumbres a darle de acuerdo con su edad. También llevar lo necesario para hacer sus mamaderas ya sea con fórmula o leche materna.

Recuerda que antes de los 6 meses (inicio de la alimentación complementaria) no se recomienda dar agua a los bebés no importa el calor que haga. Puedes aumentar la ingesta de leche, pero nunca agua sola.

Calentador de mamaderas portátil

Si tu pequeño todavía está en edad de mamadera, un calentador portátil te puede salvar de varios dolores de cabeza. Si estás en la mitad de la playa conseguir agua caliente para hacer su leche o calentar tu leche materna a baño maría puede ser una misión imposible. Buscar un restaurant o negocio, que te den el agua, moverla hasta el lugar donde están instalados, hacer la mamadera en la arena… de solo imaginarlo me complico.

Con Warmly, solo tienes que tener agua embotellada disponible (o llevarla ya en la mamadera), conectarla a tu calentador, seleccionar la temperatura y… ¡listo!

¡No olvides el pack de higiene!

Entre tantas cosas, a veces se nos puede olvidar lo más importante. En uno de tus bolsos no olvides un par de pañales, toallitas y todo lo necesario para cambiar al bebé varias veces.

Juguetes a prueba de agua

Es importante seleccionar los juguetes adecuados para llevar a la playa y que no se dañen. Cosas como cubetas, regaderas, palas y pelotas son ideales, además que suelen ser objetos más económicos que no te causarán tanta preocupación si se llegasen a perder.

Evita juguetes plásticos del tipo que “absorben agua” y luego aprietas y sale como un chorro de ellos. Acumulan hongos en el interior pues son imposibles de secar bien y en el largo plazo pueden traer verdaderas complicaciones a la salud de tu hijo.

Piscina inflable

Si tu bebé todavía no se mete al agua o quieres refrescarlo de una forma más segura, llevar contigo una pequeña piscina portátil que puedes inflar o armar en el momento puede ser la solución. La puedes tener a tu lado en todo momento, llenarla con el agua del mar o piscina y meter al bebé cuando te parezca conveniente para que se mantenga fresco en momentos de calor muy fuerte, siempre en la sombra.

De vuelta a casa

Finalmente, siempre lleva contigo dos bolsas vacías: una para los desperdicios y otra para la ropa mojada. ¡Las agradecerás!

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